Una ballena bailona entre txistularis

Para quienes no sepáis qué es un txistu (se pronuncia chistu), os recomendamos que visitéis Pamplona por Sanfermin. Este año, en concreto, el 10 de julio, en la chulísima plaza de San José, se celebrará el Alarde de Txistularis, uno de los actos más antiguos del programa de fiestas. Y como en Kukuxumusu nos pone mucho la cultura vasca y nos apuntamos a todo, hemos diseñado el logotipo: un grupo de txistularis en torno a una cola de ballena que representa al mar y a los marineros.
Además de 30 txistularis y quince músicos más, participarán la compañía de teatro La Piel, el grupo musical Motxila 21 –que son la caña–. Siete compositores de extensa trayectoria han creado ex profeso las obras que se interpretarán. ¡Un lujazo a pie de calle por el que no te cobrarán entrada!
La edición de este año es la número 57 y estará dedicada al mar con un espectáculo titulado ‘Kresalaren hotsak’, que traducido al castellano sería algo así como ese sonido del mar sereno, que va y viene, la “kresala”, y que se escucha desde lejos en todo el País Vasco, incluso entre montañas, y huele a sal. Porque los vascos nacimos mirando al mar, al horizonte, a la aventura…
El mar ha sido un sustento para la población costera de Euskal Herria a lo largo de los siglos. Desde tiempo inmemorial el pueblo vasco ha navegado por el Cantábrico extendiéndose por el Atlántico a lo largo de todo el mundo conocido y hasta el desconocido.
Allá por el siglo VII, los pescadores vascos ya capturaban ballenas y vendían su aceite en París. También fue un navegante vasco, Juan Sebastián Elcano, el primero en circunnavegar el globo terráqueo. Y en los puertos de Euskal Herria se refugiaban muchos barcos de piratas.
Pero la historia no termina ahí. Luego llegó una pulga vasca, Kukuxumusu, y se lanzó a besar a todo chichifú en los rincones más insólitos del planeta. Y si te quedan ganas de aprender algo más de euskera, aquí tienes alguna pista, por si necesita vocabulario básico para ligar.