¿Cómo sobrevivir al enemigo invisible? El cuñado

El amigo invisible es una lotería. Si te toca tu madre, perfecto, que madre no hay más que una y te va a perdonar cualquier cutreregalo que se te ocurra. Pero, ¿y si te toca el plasta de tu cuñado? Sí, ese que lo sabe todo, que siempre tiene razón y que compra más barato y más chulo que tú. Entonces, ¿qué?
Según un reciente estudio de la Universidad de Minetossa, hay 4 tipos de cuñados. Y tenemos solución para cada uno de ellos.
El pluscuamperfecto
Cree que existes para reírle las gracias y para aplaudir sus ocurrencias, que le tienes envidia, que en realidad hasta tu madre le prefiere a él, que es el más guapo, el más listo y el más fuerte. Pues nada, que se lo crea y disfrute.
Regálale esta botella térmica y muéstrale la perfección hecha vaca de Vitrubio. Creerá que por fin has reconocido su superioridad moral, física, carnal y sexual. De paso, que se vaya un rato a pastar al monte.
El manipulador
¿Te cuenta una cosa y al día siguiente la contraria? ¿Te la juega siempre que puede? ¿Te ha dejado con el culo al aire varias veces? ¿Sí? Estás jodido, tienes un cuñado manipulador y ahí tienes poco que hacer.
Regálale esta petaca llena de whisky del malo y recuérdale que a mafioso y manipulador no te gana nadie. Y de paso, que se entere de cómo se las gasta tu familia. ¿Capisci?
El camuflado
Se hace el majete para no parecer un auténtico cuñado, pero no te fíes, que los cuñados los carga el diablo y lo mismo un día se destapa todo el cuñadismo que lleva dentro.
Regálale este PAZraguas para que vea que no tienes malas intenciones y que estás dispuesto a mantener el bueno rollo, pero que no se te olvide que detrás de su pose de cuñado bueno se puede esconder una hiena camuflada.
El modernícola
A pesar de que todavía cree que está de moda llevar barba, no deja de recordarte en cada cena familiar que deberías cambiar tu estilo, renovar tu vestuario, ir al gimnasio, practicar body pump, hacerte lactovegetariano o comprarte un iPhone 13.
Regálale esta camiseta para que se tire 2 meses pensando qué has querido decirle. Terminará afeitándose la barba, dándose al lomo de cerdo y haciéndose de Android a morir. Nada mejor que generarle una crisis de cuñadentidad.
Y el próximo día, hablaremos de tu sobrino/sobrina adolescente. Otro enemigo invisible que te puede hundir si no tomas medidas.