¡Llega la revolución de los yayos!

A Kukuxumusu también ha llegado la revolución de los yayos. Están en pie de guerra, no hacen caso a nada, se han echado a la calle y no podemos pararlos. Reclaman que les suban las pensiones. Si eres demasiado joven para entender qué les pasa a tus yayos, te damos algunas pistas. Entérate bien, y de paso se lo cuentas a tu padre porque anda despistado desde que tu madre se plantó el pasado 8M.
¡Están hasta los cuernos!
Tus yayos se han pasado la vida trabajando y ahora lo que quieren es hacer el vago, jugar a la petanca, dormir hasta el mediodía, ver series interminables, tumbarse a la bartola y andar sueltos y sin cencerro.
Quieren montárselo a su gusto
Por si no lo sabías, a tus yayos les gusta la juerga tanto como a ti. Y como ahora están espabilando, vas a tener que renunciar a los tápers de albóndigas y croquetas porque ya no se quedan en casa ni para descansar. Primero vino la liberación de la mujer, ¡y ahora la de los yayos y las yayas!
Hacen el amor… y lo que surja
¿Te creías que a tus yayos no les va la marcha? Pues no tienes ni idea. Les encanta flirtear, achucharse, besarse en los morros y probar nuevas posturas. Y para mantenerse en forma, quieren poder pagarse el gimnasio, las clases de pilates, el aquagym o el curso de tantra avanzado.
Lo petan en las redes sociales
Muchas abuelas y abuelos, con nietos o sin ellos, han estado ahorrando y ahorrando para poder pegarse ahora una vidorra. Algunos se pasan el día en las redes sociales organizando todo tipo de movidas. Nadie como ellos para liarla en el Facebook o agitar un grupo de What’s app.
¡Han ocupado las playas!
Si estabas pensando en ir a la playa en vacaciones, tendrás que negociar con tus yayos y con otros miles de yayos más. Han ocupado todas las playas y calas de nuestras costas en protesta por la mierda de pensiones que tienen. Amenazan con quedarse allí hasta que les suban lo que se merecen.