David Casinos, el mejor lanzador ciego del mundo: “Todos los días sale el sol”

El valenciano David Casinos está considerado el mejor lanzador ciego del mundo. Posee el récord del mundo en lanzamiento de peso: 15,51 metros. Integra el equipo de los seis deportistas #SeSalen, patrocinado por Liberty Seguros, con el que se ha liado Wolf en los Juegos Paralímpicos de Río 2016. Casinos ha conseguido veinte medallas de oro en grandes pruebas en su carrera deportiva, tanto en lanzamiento de peso y disco, cuatro de ellas consecutivas en los cuatros últimos Juegos Paralímpicos. En Río, en la disciplina de lanzamiento de disco, se despedirá de la competición, aunque no del deporte.
Una retinopatía ligada a la diabetes le dejó totalmente ciego casi de un día para otro, cuando tenía 25 años. Tras una primera etapa de sufrimiento y depresión, se creció. Estando todavía en la cama del hospital le dijo a su madre: “Mamá, todos los días sale el sol, y si no sale, ya me encargo yo de sacarlo”.
Cuando a Casinos le contaron cómo había sido caracterizado por Kukuxumusu como un lobo con piel de cordero, nos dijo: “Primero, me he reído mucho, porque el lobo es un gran personaje, con su fuerza, con su velocidad, con su inteligencia… pero también con su ternura, porque es un lobo cariñoso y bueno, atributos perfectos para la vida y para competir en Río”.
Me encanta que regalo tan bonito, Farala y yo convertido en lobo de @kukuxumusu os salís @GrupoLiberty_es #Rio2016 pic.twitter.com/eR9Sbeu4Zc
— David Casinos Sierra (@DavidCasinos) 24 de agosto de 2016
Está casado con Celia, a quien conoció tras quedarse ciego y con quien ha tenido una hija, Cayetana. “A mi hija no le digo que yo estoy ciego porque no me parece relevante e intento cuidarla como si no lo fuera”, asegura en una entrevista.
Siempre entrena y compite con un buen aliado: su perra Farala. Durante diez años fue Ximena, la ‘esperanza negra’ como él la llama a su primera perra de competición, que ya está disfrutando de su merecida jubilación en casa de David. Ahora va con Farala, una pastor alemán que le acompaña todo el día y en quien pone “confianza ciega”, como dice él, con mucho humor.
Es la primera vez que David ha sido caracterizado por una marca y le ha hecho especial ilusión. “Además, no habéis dejado ni un solo detalle, porque sale hasta Farala, mi perra guía”, comenta el atleta valenciano. Desde luego, él tiene mucho de lobo, dada la velocidad y fuerza que necesita aplicar en sus pruebas de lanzamientos.
Y además de lobo, David muestra su lado más tierno y reconoce que “a pesar de parecer un tipo de semblante duro, también soy cariñoso; me encanta hablar y poner mucho humor en mi vida, como un cordero”.
Reside en Moncada, un municipio cercano a la capital valenciana que él abandera por todo el mundo. Allí los vecinos son sus primeros fans y lo han hecho hijo adoptivo; hasta le llaman ‘El discóbolo de Moncada’. Llegó por trabajo, vendiendo cupones de la ONCE, pero de eso ya hace tiempo.
Su aventura deportiva le ha llevado hacia otros derroteros profesionales: el coaching de empresas. Eso sí, más que teorías les cuenta su experiencia y sus emociones. “A veces la vida aprieta, pero hay que levantarse y pelear”, repite a menudo a sus alumnos.
Por cierto, nos confiesa que ya le han propuesto “quemarlo” en las Fallas de Valencia, cosa que le hace mucha ilusión porque jamás se lo hubiera imaginado que lo convirtieran en un “ninot”. Si sucede, lo contará en su cuenta de Twitter, eso seguro.
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